sábado, 28 de febrero de 2015

Andalucía es de cine. Andaluces levantaos

¿Sabías que Álvaro Falcón, sevillano, ha ganado el premio al empresario menor de cuarenta años más importante de España? Probablemente, no. Imagino que tampoco conocerás ninguno de los 230 inventos que crearon los científicos de las universidades andaluzas en 2012. Qué pena que estas cosas aún no se sepan.

Andalucía es una película que todavía no se ha anunciado en cartelera, ni se ha reproducido en los cines. Le estamos enseñando al mundo algo lejano, muy lejano de la realidad. Porque nosotros, los andaluces, formamos parte de otra película diferente a la que se está emitiendo. Tenemos mucho que mostrar, que decir y que enseñar pero, por razones que desconozco, todo eso se ha alejado de la gran pantalla. Lo que somos, lo que hacemos, lo que trabajamos y aquello que canta el himno de Blas Infante no se está reflejando en los medios.

Y si hablamos de medios de comunicación hemos de mencionar a Canal Sur, que también es de cine. Es una mezcla entre una película de los hermanos Marx y Titanic. Da risa y se hunde por momentos. Es el foco de nuestras penas, la regadera del topicazo y una cruz que tenemos que cargar entre todos. Porque salgo a la calle y no veo a las mujeres vestidas de flamenca. No veo ancianos ligando ni niños jugando a ser viejos tras las carcajadas de un pueblo atrasado.

Señores, en Andalucía hay empresas. Os lo juro. Hay gente que no vive en el medio rural, incluso hay quien detesta el campo, las granjas y todas esas cosas. Y es más, aparte de empresas, hay universidades potentes, científicos, emprendedores, proyectos… pero no, no los vemos en televisión. Nuestra televisión por cierto.

Estamos proyectando una película que no nos pertenece. Y lo más preocupante de esto es que hay quien se siente orgulloso de esa imagen: un andaluz vago, gracioso, inculto y desconocedor de lo que hay fuera de su tierra. Me cuesta entenderlo. No quiero admitir que haya gente que se sienta orgullosa de esa Andalucía. Por favor, no. No seáis partícipes de esa película: la falsa, la mala.

Ahora tenemos que aprender a mostrar nuestra tierra tal y como es: del séptimo arte. Jamás lo he puesto en duda. Por el contrario, lo que sí hemos de poner en tela de juicio es lo que estamos enseñando. Andaluces levantaos. Digámosle al mundo todo lo que tenemos que decirle. No somos menos que los demás, ni mucho menos. Pero si nuestra televisión, nuestra radio, nuestros medios de comunicación y al fin y al cabo nosotros mismos no cuidamos de nuestra imagen ¿quién la va a cuidar? ¿Qué estamos emitiendo? ¿De verdad está orgulloso de esta película? ¡Cambiémosla, que es la nuestra!  ¿Cree que le hace justicia?  ¿Le gusta ese tópico del andaluz vago y graciosillo? ¿Acaso trabaja usted menos que los del norte? ¿No le gustaría conocer a Álvaro Falcón? ¿Y qué hay de todos esos inventos? Ha costado mucho trabajo. ¿No quiere enseñar esa Andalucía que sí es de cine?